Para los amantes de los pueblitos medievales llenos de encanto y color, así como de la buena gastronomía y el buen beber, el recorrido por la Ruta del Vino en la región francesa de Alsacia es un plan sensacional; es más, me animo a decir, ineludible.
Contenidos de la página
Mi viaje por Alsacia: entre historia, sabores y aventuras
🏰 Descubrí los misterios y leyendas de los pueblos alsacianos
Varios de los pueblos – separados entre sí por distancias cortas, en un total de unos 170 kilómetros – se disputan haber sido fuente de inspiración para la realización de la película “La Bella y la Bestia”. La historia oficial cuenta que los ilustradores de Disney tomaron como referencia dos de ellos, Eguisheim y Riquewihr. Pero la disputa está abierta…
Un detalle: habrás advertido que no son nombres muy “franceses”; es que la mayoría de estos pueblos – ubicados en la frontera francesa con Alemania – supieron ser parte del Imperio Romano Germánico (hasta el 1800 aproximadamente, hasta que apareció Napoleón en escena); en ellos se funde hoy la estética originaria de la Germania medieval con el charme y el buen gusto por el detalle de los franceses.
👨👩👧👦❤️ Viví momentos únicos en el corazón de Alsacia con mi familia
Yo en particular lo recorrí en familia, con mi esposa y mis dos hijos – en aquel entonces de 4 y 7 años – y debo decir que los niños lo disfrutaron tanto o más que nosotros.
🗼 Así planifiqué mi aventura: de París a los encantos de Alsacia
Elegí comenzar el recorrido desde París, viajar en auto hasta la ciudad de Colmar, donde hicimos base para nuestra estadía de una semana. Un tip importante: alquilar un auto híbrido es muy conveniente, te da muy buen rendimiento, pero sin preocupaciones sobre la autonomía y andar preocupado buscando donde cargar ya sea nafta o electricidad.
Como el viaje París – Colmar era un poco largo (algo más de 5 horas), opté – y lo recomiendo – una parada de una noche en Troyes, una ciudad que si bien fue bombardeada durante la Segunda Guerra mantuvo su centro histórico medieval intacto. Imperdible.
Una vez llegados a Colmar – considerada la capital del vino alsaciano y famosa por su “Pequeña Venecia” y su arquitectura medieval – nos dejamos perder por sus callejuelas sinuosas, que a cada vuelta de esquina entregan paisajes sensacionales.
🍷 Descubrimos pueblos, bodegas y sabores auténticos
Vayamos a “la ruta” ahora. Las caminatas por los pueblos ya valen el viaje y en este caso – a modo de recomendación – además de los tres que ya mencioné (Colmar, Eguisheim y Riquewihr), sugiero no dejar de visitar Kaysersberg. Pero claro, es ineludible la referencia al atractivo que da significado a la travesía: más de 300 bodegas se encuentran a través de esta recorrido y quienes más saben del tema sostienen que en la zona se producen algunos de los mejores vinos de Francia; particularmente vinos blancos, entre los que se destacan dos variedades de forma muy marcada, el Riesling y el Tokay Pinot.
Obviamente se pueden visitar, hacer degustaciones acompañadas de buenos quesos y algún plato típico. Ya que estamos en el tema, no dejes de probar la “Tarte flambée”, una especie de Pizza blanca, muy muy finita, con crema agria o queso blanco, cebolla y panceta. ¡Por favor, todavía siento el aroma!
📌 Tips esenciales para un viaje perfecto por la ruta del Vino en la región francesa de Alsacia
De los paisajes qué decir, es difícil transmitir las emociones que generan en palabras: pero imaginen, casas de todos colores, con entramados de madera, calles empedradas, balcones decorados con flores. Si tengo que elegir un concepto para definir la zona diría “festival de colores, con más de un siglo de historia”.
Por supuesto que nosotros, en plan familiar, hicimos todo el recorrido en auto; pero fue impresionante ver la cantidad de ciclistas que – dadas las cortas distancias – eligen hacer este recorrido en bicicleta; esto pese a que fuimos en octubre, pleno otoño (época de la vendimia). ¡Lo que debe ser en primavera no puedo ni imaginarlo!
Algunos tips finales: es un plan para hacer en auto, sin duda y – como suelen decir los españoles – “a tu aire”, a tu ritmo. Hacer base en Colmar es una muy buena elección pues es una ciudad más grande, ofrece más opciones de alojamiento; la dinámica es hacer excursiones por el día a un par de pueblos, pero no más que dos, diría. ¿Por qué? Porque el lugar obliga a dejarse tiempo para caminar, recorrer, disfrutar a ritmo lento, parar a comer algo rico y, por supuesto, probar algún vinillo local.
Amantes de los “paisajes de cuento de Hadas” ¡apronten las valijas!